martes, junio 27, 2006

Sophie

No sé ni por dónde empezar, realmente uno desconoce este tipo de amor hasta que en carne propia se vive, y lo digo literalmente... Desde el día cero te invade la vida, y te enseña el concepto de colonización, llegó para quedarse y a dejar una marca en el camino.

Voy a empezar por su aspecto, quizás lo más superficial, pero sin duda la primera impresión! Parece ser el resultado de una mezcla de unos genes muy fuertes de mi Mamá para determinar sus facciones (y según ella su carácter), y los de Laurent que decidieron, que para los estándares venezolanos, esta niña sería catira.

Mi pequeña belga, es un dechado de virtudes, que coincidencialmente, según cita literal a mi madre, "vienen todas de su abuela". En realidad tiene una memoria de elefante, no se le olvida una cara, tampoco una historia, y mucho menos una promesa. Es generosa con sus besos y cariños, y tiene una vitalidad, que hace que siempre la noten cuando llega a un sitio, y la recuerden cuando vuelve. Un carácter titánico, que por algún misterio divino le proveyó del saber suficiente como para determinar desde ya, lo que quiere con una determinación que no deja espacio a titubeo.

Mis genes, aportaron una "alergia a la leche" que ha contribuido a forjar su carácter y a decirle que no a un tequeño desde muy pequeñita, por mucho que lo quiera, lo cual ha impresionado a más de una madre. Primero tuvo el pelo crespo, y luego (a pesar de lo cuchi que se veía) se le alisaron, lo cual ella todavía me reprocha, como si yo tuviera la culpa... Además es poliglota... español materno, francés paterno, e inglés colegial (van en ese orden de aparición). El último es una lenguarada simpatiquísima, que, como se imaginarán, sólo a nosotros nos parece inglés. Es apasionada de los disfraces y su colección es más amplia que mi closet, lo cual habla bien del de ella, y muy mal del mío...

Los últimos tres años y medio han sido increíbles, todos los desvelos han sido bien recompensados, y hoy mismo, viéndola nadar en su primera competencia de natación sentí ese orgullo maternal que olvida que su hijo llego de tercero en una carrera de tres, simplemente porque es mía. Por lo pronto, mi vaso está desbordado...

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